martes, 2 de noviembre de 2010

La lucha obrera reside ahora en Francia

Ante el apogeo a nivel mundial de los pensamientos y políticas conservadoras y ultraliberales, amén de la supeditación de la socialdemocracia a los planteamientos liberales, y del marginamiento de los partidos comunistas, a la clase proletaria-obrera sólo le queda la resignación, o la imitación de lo que ocurre en otros países, como pueden ser países latinoamericanos, desde la "nueva" experiencia socialista de Bolivia o Venezuela, o bien, desde un punto de vista mas reformista como es el caso de la Brasil del hasta ahora presidente Lula, hasta el ejemplo más cercano y no solo geográfico, que representa la lucha sindical-obrera francesa, para el proletariado español y por extensión occidental.
En este comentario me voy a centrar en el ejemplo francés, como he comentado antes, debido a la pertenencia tanto de Francia y España a realidades similares como la integración a la Unión Europea y el acatamiento a pies juntillas de lo que digan los "mercados". La Francia del conservador Sarkozy, ha emprendido las mismas reformas que todos los países europeos. pero a diferencia de éstos, allí sí ha habido contestación en la calle de los perjudicados por la crisis, y por ende, de las reformas, que hay que recordar que no fueron los que la crearon, y estos perjudicados, no son sino las clases trabajadoras que ven como menguan sus derechos mientras se rescata a bancos y empresas privadas con dinero público. Volviendo a la contestación en la calle, lo que para la mayoría de los medios no es sino kale-borroka, en Francia no ha habido una única huelga general a nivel testimonial como ocurrió en España, sino que allí se ha prolongado en el tiempo, ha contado con la aprobación o el visto bueno de al menos el 70% del pueblo francés, y ha puesto en jaque al gobierno con la casi paralización de las petrolíferas.
Parece ser que Sarkozy se va a salir con la suya, pero estos incidentes que para muchos se quedaran en el olvido como por ejemplo el golpe de estado en Honduras, a otros, como es mi caso nos da un atisbo de esperanza y reconocimiento del pueblo francés, y como diría Marcelino Camacho, aún somos muchos a los que no nos domarán, ni doblarán, ni domesticarán.

1 comentario:

  1. Si, es una pena, pero es una realidad, el Sarkozy y el capital se están saliendo con la suya.

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